Teatro Colón
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El Teatro Colón es un orgullo de la cultura argentina y un centro de referencia para la ópera, la danza y la música académica en todo el mundo. Su rico y prestigioso historial y las excepcionales condiciones acústicas y arquitectónicas de su edificio lo colocan al nivel de teatros como la Scala de Milán, la Ópera de París, la Ópera de Viena, el Covent Garden de Londres y el Metropolitan de Nueva York.
Este increíble edificio es obra de los arquitectos Francesco Tamburini, Víctor Meano y Jules Dormal. La construcción duró casi 20 años e involucró a 1500 personas. Fue inaugurado el 25 de mayo de 1908, con una función de Aida, de Giuseppe Verdi. Desde entonces, los directores, cantantes y bailarines más importantes de la historia engalanaron su escenario.
A lo largo de su historia han actuado en el teatro Colón las principales figuras de la ópera, la música clásica y el ballet mundial, como Arturo Toscanini, Erich Kleiber, Otto Klemperer, Fritz Busch, Wilhelm Furtwängler, Nijinski, Caruso, Regina Pacini, Anna Pavlova, Maia Plisetskaya, Margot Fonteyn, Mijaíl Baryshnikov, Antonio Gades, Richard Strauss, Igor Stravinsky, Camille Saint-Saëns, Manuel de Falla, Aaron Copland, Herbert von Karajan, Leonard Bernstein, Mstislav Rostropovich, Zubin Mehta, María Callas, Alfredo Kraus, Yehudi Menuhin, Pau Casals, Rudolf Nuréyev, Jessica Langer, Maurice Béjart, Plácido Domingo, José Carreras, Luciano Pavarotti, Lily Pons, Victoria de los Ángeles, Montserrat Caballé, Kiri Te Kanawa, entre otros, y artistas argentinos como Héctor Panizza, Alberto Ginastera, Jorge Donn, Norma Fontenla, José Neglia, Olga Ferri, Julio Bocca, Maximiliano Guerra, Paloma Herrera, Daniel Barenboim, Armando Krieger, Marta Argerich, Astor Piazzolla y otros artistas populares como el Chaqueño Palavecino, Les Luthiers, Valeria Lynch, Patricia Sosa, Palito Ortega, Marilina Ross, Luis Pereyra, Nicole Nau y Karina La Princesita.
Sus condiciones acústicas y arquitectónicas excepcionales hacen que sea reconocido mundialmente como uno de los más perfectos: la sala en herradura genera una distribución ideal del sonido y los tres pisos de palcos logran una óptima absorción, porque están diseñados con materiales blandos como telas, maderas y alfombras. Además, en los pisos superiores, se utilizaron materiales duros como mármol y bronce para perfeccionar la reflexión de las ondas.
Entre 1968 y 1972, se hizo una ampliación, proyectada por el arquitecto Mario Roberto Álvarez. Así se avanzó debajo de la plaza y de la calle Cerrito, donde se sitúan los sectores de producción teatral, talleres escenográficos, salas de ensayos, oficinas administrativas y un comedor para el personal. En el año 2008, el Gobierno de la Ciudad inició una restauración en profundidad, que le devolvió todo su esplendor y lo dotó de los más importantes adelantos tecnológicos. Fue reinaugurado para el Bicentenario, en el año 2010.
Inicialmente, el diseño del Teatro Colón fue encargado al arquitecto italiano Francesco Tamburini (1846-1891), quien desde 1884 cumplía funciones como director general de arquitectura de Argentina. Aunque diseñó el proyecto, su temprana muerte le impidió comenzar la construcción, así que se contrató al arquitecto Vittorio Meano (1860-1904). Sin embargo, este también falleció pocos años antes de concluir. La obra debió ser adaptada y concluida por el arquitecto Jules Dormal (1846-1924).
Salones
El tradicional paseo durante los intervalos permite la visita a los grandes salones del Colón. El Salón Blanco, de estilo renacentista francés, es el antepalco de la platea balcón en funciones oficiales y se utiliza frecuentemente para reuniones formales, conferencias y agasajos. Dos grandes galerías, coronadas por vitrales, ofrecen una vista muy amplia del hall de entrada y conducen de la Galería de los Bustos al Salón Dorado.
El Salón Dorado es de inspiración francesa, reminiscente del Grand Foyer de la Ópera de París. El dorado a la hoja de su decoración, las columnas talladas, las arañas, los vitrales de Gaudin con imágenes de Homero y Safo y el mobiliario son reflejados por una sucesión de espejos que potencia su fastuosidad. Convertido ya en una sala con vida propia, el Salón Dorado es centro permanente de conciertos de música de cámara, conferencias y exposiciones paralelas a la actividad de la sala, con entrada libre y gratuita.
Sala principal
La sala principal, una de las mayores del mundo, tiene 32 metros de diámetro, 75 de profundidad y 28 de altura en un entorno de estilo ecléctico, que combina el neorrenacentismo italiano y el barroco francés, con una rica decoración en dorado y escarlata. Dividida en siete niveles, tiene capacidad para 2487 espectadores sentados y alcanza los 3000 si se incluyen los de pie. El escenario tiene 35 metros de profundidad por 34 de ancho y la boca de escena es una de las más grandes en los teatros con forma de herradura a la italiana. La platea está formada por 632 butacas de hierro forjado y madera, tapizadas en pana y dispuestas en 22 filas, divididas en dos por un corredor central.
Cúpula
El espacio de la sala principal es coronado por una cúpula, cuyo reverso está pintado al fresco gracias al trabajo del artista Raúl Soldi. Antes de que este pintor interviniera en la cúpula, esta había sido pintada por Marcel Jambon, pero los problemas de humedad destruyeron su obra.
Sobre una superficie de 318 metros cuadrados, Soldi representa una alegoría a las artes escénico-musicales en una composición de 51 figuras. Entre ellas se pueden ver personajes teatrales, cantantes de ópera, músicos, bailarines y hasta instrumentos. Las figuras fueron pintadas sobre tela y, posteriormente, Soldi se encargó de montarlas en el techo ayudado con un sistema de andamiaje.
La cúpula tiene en su punto central una lámpara en araña, forjada en Francia a finales del siglo XIX. Esta araña está hecha en bronce bruñido y tiene un diámetro de siete metros. Se mantuvo sin la pintura decorativa hasta mediados de la década de 1960, cuando se decidió volver a agregarla. La idea de realizar una obra nueva en lugar de reproducir la original fue inspirada en el trabajo realizado en la Ópera de París por Marc Chagall, quien en 1964, a pedido del gobierno francés, sustituyó el plafond realizado por Jules Eugène Lenepveu entre 1869 y 1871.
El gran vitral del foyer del Teatro Colón llegó desde Francia en 1907, un año antes de la inauguración del teatro. Es una obra de arte enorme ubicada a unos 25 metros de altura. Vista desde el nivel del piso, parece un gran mandala que cambia sus tonalidades con la luz exterior.
Tiene el mejor diseño acústico del mundo para ópera
Uno de los aspectos más importantes del teatro es la acústica, la cual se consideraba perfecta para el canto lírico. Las razones para que se dé este fenómeno derivan de los siguientes factores:
La forma de herradura de la sala que distribuye el sonido.
Los materiales utilizados: los tres primeros niveles están cargados con tela y madera para absorber el sonido; los cuatro niveles superiores tienen materiales duros, como el mármol, para crear reverberación. Así, el Teatro Colón obtiene una ventaja competitiva para convertirse, efectivamente, en un centro de referencia del circuito de la ópera a nivel internacional.
El Teatro Colón fue pensado como un proyecto de grandes dimensiones que no solamente garantizara una buena experiencia al público en términos de acústica y visual, sino que diera respuesta a todas las necesidades de producción de un espectáculo operístico, el cual, por sus características, es multidisciplinario.
En el subsuelo del teatro existen diversos talleres para la fabricación de vestuarios y escenografías, tales como carpintería, zapatería, utilería, tapicería, maquinaria, maquillaje, peluquería, fotografía, escultura, etc.
Estilo arquitectónico determinado por el eclecticismo
Se trata de un edificio basado en el revisionismo histórico propio de la arquitectura de la modernidad europea, que aún no había logrado consolidar un estilo original que expresara los tiempos modernos.
Este tipo de abordajes fue muy bien recibido en América Latina, que se esforzaba por imitar los modelos europeos en medio de su crecimiento vertiginoso. Según Carolina Piola, guía del teatro, este edificio se convierte en una suerte de "resumen" de la historia estética europea.
Por esa razón, en este edificio pueden observarse rasgos característicos del renacimiento italiano, así como de la arquitectura alemana y francesa.
La construcción ocupa un área de 63.408 m2. La fachada del edificio está dividida en tres franjas horizontales: la inferior o base, que tiene 8,50 metros de altura; la del medio, que tiene 9,20 metros, y la superior, que tiene 5,50 metros. Remata el edificio con un techo a dos aguas.
Como evocación del Renacimiento italiano se pueden ver columnas con capiteles jónicos y corintios, basamentos simples y tratamiento de los vanos con arcos, molduras y arquitrabes.
El Teatro Colón es un símbolo cultural de Buenos Aires y un orgullo nacional, siendo un punto de referencia para los amantes de la música y el arte. Declarado Monumento Histórico Nacional en 1991, es destacado como un teatro de temporada o stagione, con capacidad para realizar íntegramente la totalidad de una producción gracias al profesionalismo de sus propios cuerpos esceno-técnicos especializados.
Este verdadero monumento histórico, que supo conquistar a generaciones enteras de familias aristocráticas, hoy bulle con más fuerza que nunca, convocando a nuevos públicos interesados de la mano de novedosas propuestas para todos los gustos como el streaming y las grabaciones temáticas.
Hace pocos años, Travel365, uno de los sitios de turismo más destacados a nivel global, distinguió al Teatro Colón como el teatro de ópera más importante del mundo por considerarlo “un verdadero monumento del arte teatral, lírico y acústico, sin duda de los mejores de todos los tiempos”.
Fotografía adicional: Arnaldo Colombaroli y Máximo Parpagnoli